RELACIONES DE PAREJA

¿Qué es el síndrome de Peter Pan y por qué debes de huir de un hombre que lo tiene?

Estar en una relación de pareja con un hombre que tiene Síndrome de Peter Pan es muy desgastante, pero, ¿cómo identificarlo? ¡Te damos unas señales!

¿Cómo saber si mi pareja tiene Síndrome de Peter Pan y cómo afecta la relación?.Créditos: Canva
Escrito en VIDA EN FAMILIA el

En las relaciones de pareja, es esencial que ambos miembros sean emocionalmente maduros y estén dispuestos a crecer juntos. Sin embargo, algunas personas presentan comportamientos que pueden poner en riesgo la estabilidad y la salud de la relación. Uno de estos es el conocido como Síndrome de Peter Pan o Síndrome de Wendy; ambos, asumen o soportan actitudes de niños poco saludables.

Este tipo de síndromes se manifiestan en adultos que se resisten a crecer y asumir responsabilidades propias de su edad o, todo lo contrario. Si te preguntas cómo puedes identificar a alguien que lo padece y por qué es fundamental evitar establecer una relación con una persona así, existen algunas señales claras que pueden abrirte los ojos. 

Si bien todos desarrollamos diferentes comportamientos y actitudes arraigas desde niños, lo cierto es que fenómenos como el Síndrome de Peter Pan, no solo afecta la vida de la persona que lo padece, sino también tiene un impacto profundo en su pareja y en las dinámicas de la relación.

Este es el síndrome de Peter Pan y cómo identificar a alguien que lo tiene

El Síndrome de Peter Pan se refiere a adultos que exhiben comportamientos infantiles y se niegan a asumir responsabilidades propias de su edad, cual si siguieran siendo niños. Aunque no es un diagnóstico psicológico formal, es un concepto ampliamente utilizado para describir a individuos que se comportan como si nunca hubieran dejado la adolescencia, a pesar de haber alcanzado la madurez física. Algunas señales claras para identificar a alguien alguien así son las siguientes: 

  • Comportamiento infantil

Aunque ya han pasado los treinta, estos individuos actúan como adolescentes. Prefieren actividades juveniles y rehúyen de las responsabilidades adultas.

  • Centro de atención

Necesitan ser siempre el foco de atención en cualquier entorno social. Su capacidad para entretener y divertirse puede hacerlos populares, pero en la intimidad, son exigentes e intolerantes.

  • Egoísmo y narcisismo

Tienden a ser egoístas y exhiben rasgos narcisistas. Se concentran en recibir y pedir, sin preocuparse por dar o contribuir en la relación.

  • Vanidad y arrogancia

Se sienten superiores a los demás tanto física como intelectualmente, lo que puede manifestarse en una actitud arrogante.

  • Incapacidad para gestionar críticas

Se enfadan desproporcionadamente cuando no obtienen lo que quieren o cuando son criticados.

  • Falta de empatía

Su gran ego no les permite ponerse en el lugar de los demás. Viven centrados en sus propios problemas, mostrando poca preocupación por los sentimientos o necesidades de quienes les rodean.

  • Compromiso visto como un obstáculo

Para ellos, el compromiso es una barrera para su libertad. No se responsabilizan de sus actos y prefieren que otros lo hagan por ellos.

  • Idealización de la juventud

Piensan que todo era mejor cuando eran niños o adolescentes y se sienten atraídos por todo lo relacionado con su etapa de juventud. Esto puede llevarles a evitar compromisos serios, tanto en el ámbito personal (relaciones de pareja) como profesional.

Mantener una relación con alguien que tiene el Síndrome de Peter Pan puede ser extremadamente frustrante y desgastante, ya que estas personas no están preparadas para evolucionar y asumir las responsabilidades que un noviazgo o matrimonio maduro requiere. Si hasta el momento has sentido que te la vives soportando los berrinches de un niño chiquito, es porque probablemente el hombre con el que estás cumple con este diagnóstico. 

Créditos: Canva

¿Qué es el síndrome de Wendy?

El Síndrome de Wendy, contrario al Síndrome de Peter Pan, se refiere a personas, mayormente mujeres, que adoptan un rol excesivamente protector y maternal hacia su pareja. Estas personas tienden a hacerse cargo de todas las responsabilidades y problemas, anulando sus propias necesidades y deseos en favor de los de la persona con la que están. Este comportamiento refuerza la inmadurez del otro y perpetúa la dinámica disfuncional en la relación.