EXPLICANDO EL TEMA
Las marcas de lujo venden aspiración: la realidad detrás de la controversia de China vs EU
La desigualdad social y económica nos hace aspirar a tener poder financiero para garantizar un estilo de vida digno ¿y gastar en marcas de lujo a sobreprecio?La guerra económica entre China y Estados Unidos no para y, aunque creamos que es un caso ajeno a todo lo que nos rodea o que solo tiene que ver con la política, esta vez se destapó un tema que recae directamente en la industria de la moda. Diversos productores chinos de bolsas, calzado y otros productos, revelaron que ellos fabrican a muy bajo costo todo aquello que le compras a las marcas de lujo y que a ti te cobran en precios exorbitantes.
Marcas "prestigiosas" como Hermès o Luis Vuitton fueron expuestas en videos en redes sociales donde trabajadores de China aseguran que producen en masa estos artículos por mil 200 dólares, como las bolsas Birkin. Precio que cambia cuando las envían a países como Francia o Italia, donde les colocan la etiqueta "hecho en..." y salen al mercado hasta en 40 mil dólares, según lo que menciona el creador de contenido en TikTok @senbags.
Pero, ¿realmente todo está hecho en China y solo cambian etiquetas?
El tema causó un gran revuelo porque mucha gente se está sintiendo estafada y tiene sentido, ¿por qué comprar algo que está hecho por 2 dólares en hasta mil dólares? Bueno, es un poco más complejo que esto, porque diferentes industrias usan la "estrategia de maquila" para producir lo que venden.
Esta estrategia consiste en que una parte de los productos se hace un determinado lugar, con la finalidad de acelerar los procesos de producción; luego las trasladan a los países de las empresas, en donde terminan de hacer el ensamblaje, así como la estrategia de marketing, comunicación, etiqueta y distribución, para poder, finalmente, colocar sus etiquetas de "hecho en Francia", "hecho en Estados Unidos", etcétera., según Introlans.
Lo que podemos ver dentro de los videos en TikTok y otras redes sociales con el trend para exponer diferentes marcas de lujo, podría ser este primer proceso en la producción. Lo cual destapa otra gran realidad: estamos acostumbrados a comprar aspiración.

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Las marcas de lujo venden aspiración
Cuando vemos el logotipo de cualquier marca podemos pensar en muchas cosas, porque todos proyectan cierto estatus socieconómico que nos puede o no hacer sentir deseo, lo cual moverá nuestras motivaciones a conseguirlo o a buscar cosas que se le parezcan.
Piensa en cuántas veces no has ido al tianguis y encuentras piratería de bolsas, zapatos, ropa, relojes, lentes, entre otros, hasta con la réplica del logotipo de la marca; ya sea Gucci, Channel, Lacoste, Hermès o Louis Vuitton. Replicas que son bastante similares a las que puedes encontrar en sus tiendas, ¿la diferencia? El precio. Lo que consigues en un mercado en 100 pesos, en estas tiendas de lujo podría salirte en hasta 10 mil pesos.
Entonces, ¿por qué si encontramos algo más barato y con la misma calidad, queremos comprar lo mismo, pero a costos que para muchas personas son inaccesibles? Porque estas marcas nos están vendiendo aspiración; el aspirar a ser parte de una clase social alta, privilegiada, con un mejor estilo de vida, de ser alguien "exitoso" solo por tener dinero para comprar lo que sea.
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La desigualdad social nos hace aspirar al lujo
Todo nuestro consumo proyecta algo sobre nosotros, lo busquemos o no, y donde la desigualdad social, política y económica, existe en la mayoría de las personas, la aspiración a una mejor vida es algo latente. Hasta 2024, en México solo 294 mil personas acumulan el 60% de la riqueza total del país, según Oxfam. Mientras que datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan que 46.8 millones de personas viven en situación de pobreza.
La asociación que hacemos entre tener dinero con tener una buena vida ocurre porque, en el sistema económico del capitalismo en el que nos desarrollamos, el contar con este nos garantiza el acceso a la salud, la vivienda, la alimentación, educación, vestido... a todo lo básico que necesita un ser humano para vivir dignamente. Además, un estudio de Jon Jachimowicz, profesor de Harvard, demostró que las personas con menores cantidades de ingreso sienten "vergüenza financiera", repercutiendo así también en la salud emocional de la gente el no tener más dinero.
En suma a esto, también nos vemos influenciados por cómo viven otras personas, como influencers que hacen contenido basado en comprar bolsas Birkin, relojes de Cartier, joyería de Swarovski o gastando su dinero en cantidades absurdas. Algo que, tomando en cuenta la desigualdad mencionada, podría crear aspiraciones de consumo, porque "¿quién no quiere tener dinero para repartir?", como diría C. Tangana.
Los productores de China no solo acaban de destapar cómo ocurre la estrategia de la maquila y cómo las empresas la usan para ahorrarse gastos y poder vender sus productos en miles de dólares, sino también en cómo nosotros aspiramos a comprar cosas solo por un logo que nos haría sentir que tenemos poder económico, pese a que la realidad indica otra cosa para la mayoría. Y esto no es culpa de nosotros, sino de las diferentes industrias y empresarios que se aprovechan de la desigualdad social, de la gente que concentra la mayor parte del capital en minorías.