El rechazo es un momento que inevitablemente estuvo y estará presente en la vida de todos nosotros y del cual debemos de estar conscientes que nuestra hija o hijo experimentará tarde o temprano. Es una parte inherente del crecimiento y es crucial que sepamos abordar con ellos.
Ya sea que lo excluyan de un club deportivo o de un grupo de amigos, es importante tratar el rechazo con nuestro pequeño aunque en el camino nos podamos encontrar con viejos “demonios” que tal vez no hayamos superado. ¿Cuál es la forma correcta de hablar de esto con ellos y qué es lo que hay que hacer cuando sucede? Esto podría ayudarte.
Cuando los niños enfrentan el rechazo; el comienzo de su etapa social
Tal vez podrías decirle a tu hija o hijo que “la vida no es un concurso de popularidad”. Sin embargo, para él ciertamente se puede sentir así. Cuando es momento de llegar al Jardín de Niños, los pequeños se vuelven más selectivos al elegir a sus amigos. Eso es bueno, pero también significa que a veces “podrían lastimar”.
Dicen los que saben que hasta antes de los 3 años, los niños pasan la socialización a segundo término, pero de aquí en adelante se abre una nueva etapa en cuanto a lo social. En esta tienen mucho que ver los padres y debemos siempre “contextualizar” cuando algo suceda. Los niños son niños y muchas veces la autorregulación es difícil.
Con esto en mente, estos tips brindados por la Consultora de Comunicación y Convivencia Familiar, Soraly Resplandor, podrían ayudarte. Así puedes ayudar a tus hijos cuando viven un rechazo: https://soralyresplandor.com/
- No minimices sus sentimientos
Evita la ambigua frase “No pasa nada”. Ésta podría generar confusión en el pequeño y producir lo que en psicología se llama “incongruencia en el ambiente”, pues el adulto dice que ‘no pasa nada’ ignorando lo que el niño siente al respecto y no genera entonces una relación entre la experiencia y sus emociones.
- Sé una persona empática
Recuerda que el rechazo es algo que tus hijos no han experimentado. Evita juicios y no des por hecho cómo es que deben actuar o reaccionar. Por otro lado, también comprende que la otra parte de igual forma es un niño y, así como tus hijos, se encuentra en su etapa social.
- “Acompañar no es resolver”
Según Soraly, esta premisa es importante, pues algunos de los momentos que puedan vivir nuestros pequeños “no tienen solución”. Sin embargo, lo realmente importante es que ellos se sientan apoyados y respaldados.
- Describir sus emociones ayuda
Podrías pensar que esto no ayuda mucho al respecto, no obstante es importantísimo que esto suceda. El hecho de saberle llamar a sus emociones por su nombre es una forma de trabajar el lenguaje y de fortalecer la inteligencia emocional.
Por ejemplo, utiliza preguntas como “¿No te gusta cuando Mario no quiere jugar contigo?”, “¿Te sientes molesto porque Fernanda no te prestó la pelota?” o “¿Te sientes triste porque no te invitaron a la fiesta?”