La cúrcuma originalmente se ocupa como especia aromática para condimentar diferentes platos, sin embargo, sus propiedades y beneficios para la salud han llamado atención de la medicina natural.
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Sus aceites volátiles como el turmerone, atlantone y zingiberene, proteínas, resinas y azúcares, le han ganado el apodo de ‘reina de las especias’, también contiene fibra dietética, vitaminas C, E y K, niacina, sodio, calcio, potasio, cobre, magnesio, hierro y zinc.
Se obtiene a partir de una raíz nativa de la India, ésta ha sido reconocida por sus propiedades medicinales, también se ha utilizado en cosméticos y antisépticos, este familiar del jengibre, se ha popularizado por sus efectos favorables, aroma y sensación reconfortante, ahora bien, es reconocida por estos beneficios:
- Propiedades antiinflamatorias
- Propiedades antioxidantes
- Puede ayudar a la digestión
- Disminuir el dolor que causa la artritis
- Prevención de problemas respiratorios: bronquitis, sinusitis, neumonía
- Prevención de enfermedades de demencia como el Alzheimer
- Puede ayudar a la purificación de la sangre
- Puede prevenir el cáncer
- Combate la ansiedad
- Alivia cólicos intestinales
¿Cómo comer cúrcuma?
La cúrcuma es uno de los principales ingredientes de las salsas y guisos de Oriente y del Sudeste Asiático. Una de las recetas que la ha puesto a puesto de moda es leche dorada, una combinación que los gurús de la cocina energética y saludable presentan como el sustituto al café. Este brebaje se prepara con una base de leche vegetal, cúrcuma, un toque de canela, e incluso una pizca de pimienta negra.
Si deseas agregarlo a tus guisos la cantidad correcta es una cucharada de postre. Sirve en la cocina como colorante, como especia, puedes añadirla al arroz, a las leguminosas, a un té, a la leche y a tus verduras. Toma en cuenta que su aroma es picante y fresco con un sabor ligeramente dulce, amargo y picante que recuerda a la naranja y el jengibre.