Una investigación publicada en la revista 'Environmental Science & Technology', detectó 60 subproductos de desinfección en tres tipos distintos de té.
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Durante este proceso de desinfección, el cloro residual genera "subproductos de desinfección" (DBP, por sus siglas en inglés). Los DBP se producen, en su mayoría, con el uso de desinfectantes como el cloro, las cloraminas, el ozono y el dióxido de cloro, estas sustancias se emplean para evitar el brote de enfermedades transmisibles del agua, pero su uso también es contraproducente.
El estudio fue publicado el miércoles 15 de septiembre, y en éste se detectaron 60 DBP en tres tipos de té (verdes y negros). Pese a que los niveles de estos subproductos fueron menores que los que se encuentran presentes en el agua de la llave, la diferencia fue mínima. Esto se debió a que, probablemente, muchos compuestos se evaporaron o fueron absorbidos por las hojas de té.
"De los 60 DBP conocidos comprendían solo el 4% del halógeno orgánico total (una medida de todos los DBP que contienen halógenos) en el té, lo que indica que la mayoría de estos compuestos en el té no están caracterizados", se lee en la revista.
Los científicos de la Sociedad Química Americana, responsables de la investigación, expresaron que también detectaron muchos DBP en los tés desconocidos con efectos inciertos sobre la salud.
¿Qué ocasionan los DBP en el cuerpo?
Las infusiones contienen más de 500 compuestos, entre los que destacan los polifenoles, aminoácidos, y la cafeína, activos que al entrar en contacto con el cloro dan como resultado la producción de DBP, a estos se le han relacionado, en estudios epidemiológicos, con cáncer y resultados adversos en el parto.
¿Qué riesgos corre una persona al beber té con DBP?
La publicación del 'Environmental Science & Technology' informó que una persona promedio necesitaría beber de 18 a 55 tazas de té por día para superar los límites establecidos por las agencias de salud reguladoras.
Para llevar a cabo estos esfuerzos, Susan Richardson, líder de la investigación, y sus colegas prepararon diferentes tipos de tés. Posteriormente, midieron los compuestos mediante cromatografía de gases (para determinar la composición de una mezcla de productos químicos) y espectrometría de masas (comprende la distribución de moléculas en una sustancia).