El amor es muy hermoso, sin embargo, las relaciones de pareja no lo son completamente. Muchas veces éstas se convierten en relaciones de poder y cuando alguien es sumiso es cuando todo se vuelve, digamos, tóxico. Aquí es cuando hablamos de la dependencia emocional, de hombres y mujeres que no saben estar solteras y todo se puede resumir en un término: el síndrome de Artemisa.
La dependencia emocional es un estado psicológico que le puede ocurrir a cualquier persona y no siempre en una relación de pareja, sino que puede ser también con familiares o amigos. Generalmente las personas involucradas no se dan cuenta que lo tienen, sin embargo, claros síntomas de ello es falta de autocontrol y gran malestar cuando no está la persona de la que dependen.
¿Has pensado que no puedes estar soltera o has notado el patrón de que cada vez que sales con alguien lo conviertes en tu centro? Si te sientes identificada con más de una cosa de la que anteriormente te hemos platicado, quizá tienes el síndrome de Artemisa.
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Síndrome de Artemisa: qué es y cómo saber si lo tengo
El síndrome de Artemisa se refiere a las personas con una dependencia emocional a su pareja tan enorme que incluso se despreocupan por su propia vida con tal de estar con su ser amado. El síndrome es una referencia simbólica a lo que vivió Artemisa II de Caria, que es el personaje de donde obtiene su nombre.
Artemisa II de Caria vivió en el siglo IV antes de Cristo. Se casó con su hermano, Mausolo, con quien reinó algunas provincias de Grecia y con miras a conquistar nuevos territorios. Sin embargo, es más recordada por ser una mujer guerrera e inteligente que perdió su vida al no poder con la pérdida de su ser amado, quien murió en el 353 a.C. Se dice que la pérdida de Mausolo provocó en Artemisa II un dolor tan enorme que mezclaba las cenizas de su esposo fallecido en sus bebidas diarias hasta que esto le provocó la muerte.
¿Cómo saber si tienes el síndrome de Artemisa? Pon atención a estos rasgos de tu persona:
- Tu felicidad depende de tu pareja: Un día bueno o un día malo depende enteramente de si estás cerca de él o de su estado de ánimo. Si ellos están tristes o enojados, es posible que tú la pases bastante mal.
- Los idealizas y construyes algo que no es en tu mente: De hecho lo podrías tener en un pedestal y verlo como alguien que no podría herirte ni hacerte daño o, en el peor de los casos creer que es tu héroe y que "te rescató".
- Tienes malestar cuando no está contigo: Es insoportable pasar mucho tiempo sin él y te cuestionas tanto cuándo volverá como si sus sentimientos de él hacia a ti siguen intactos.
- Necesitas que te de tranquilidad: Constantemente preguntas si aun te ama o que si quiere seguir contigo, además de que cambias tus ideas o decisiones para que él se sienta más feliz o cómodo con lo que está sucediendo.
- Te cuesta procesar tus sentimientos: Cuando te ocurre algo bueno o malo, feliz o triste, tu primera reacción ya no es sentir, sino acercarte a él para esperar su reacción y así te ayude a procesar lo que "debes" sentir.
Si te identificas con algunos de estos puntos quizá padezcas del síndrome de Artemisa o de una fuerte dependencia emocional a tu pareja. Acude con un especialista de la salud quien observará tu caso particular y te ayudará para que este lazo dependiente hacia tu pareja pueda sanar.