ORACIÓN DEL DÍA
Evangelio de hoy 4 de mayo: lecturas y salmos
Conoce el Santo Evangelio que corresponde a este sábado 4 de marzo y reflexiona de la mano de estas lecturas de la religión católica, ya sea que te adentres a ellas de manera individual o en familiaEl Evangelio nos ayuda a conocer más acerca de la vida de Jesús y de las enseñanzas que compartió con sus discípulos, aquí te presentamos cuáles son las lecturas, salmos y oraciones que corresponden a este sábado para que incluso si no vas a misa, puedas dedicar un momento a tu fe en Dios.
Evangelio del 4 de mayo
Lectura del santo Evangelio según San Juan 21, 1-19
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: “Me voy a pescar”.
Ellos contestan: “Vamos también nosotros contigo”.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: “Muchachos, ¿tenéis pescado?”.
Ellos contestaron: “No”.
Él les dice: “Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis”.
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: “Es el Señor”.
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: “Traed de los peces que acabáis de coger”.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: “Vamos, almorzad”.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”.
Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Jesús le dice: “Apacienta mis corderos”.
Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”.
Él le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Él le dice: “Pastorea mis ovejas”.
Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”.
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: “¿Me quieres?”
Y le contestó: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”.
Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”.
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme”.
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Primera y segunda lectura del 4 de mayo
Primera lectura: Lectura de los Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32. 40b-41
En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles, diciendo:
“¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre”.
Pedro y los apóstoles replicaron:
“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen”.
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre.
Segunda lectura: Lectura del libro del Apocalipsis 5, 11-14
Yo, Juan, miré, y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los vivientes y de los ancianos, y eran miles de miles, miríadas de miríadas, y decían con voz potente:
“Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza”.
Y escuché a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo cuanto hay en ellos—, que decían:
“Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos”.
Y los cuatro vivientes respondían: “Amén”.Y los ancianos se postraron y adoraron.
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Salmo del 4 de may
Salmo 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Una manera muy sencilla de mantenerte siempre en contacto con fe y con las enseñanzas de la religión católica es por medio del Evangelio, los salmos, lecturas y oraciones que corresponden a cada día para que tu día esté acompañado de aprendizajes por medio de las historias de vida de Jesús.