El jengibre tiene muchos beneficios y lo mejor de todo es que puedes tomarlo de muchas formas, por ejemplo: un té de jengibre y limón, aunque también puedes hacerlo fresco, seco o en polvo.
Pero su uso no se limita sólo al mundo gastronómico, ya que también tiene mucha utilidad en la cosmética en diferentes productos o remedios naturales con jengibre.
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Sus beneficios se deben sobre todo a un componente importante: gingerol. Este es un aceite esencial que da al jengibre su sabor picante y es el responsable de la mayoría de sus propiedades medicinales.
Sin embargo, como muchos otros alimentos también puede llegar a tener contra indicaciones, sobre todo a las personas con enfermedades cardiovasculares, pues podría subir su presión arterial.
¿De qué manera afecta el jengibre a la presión arterial?
Como ya lo mencionamos, el jengibre puede tener muchos beneficios para la salud y el organismo, pero una de sus principales contraindicaciones es la desestabilización de la presión arterial que puede provocar.
Esto significa que el jengibre puede provocarte alguna de las enfermedades cardiovasculares más comunes entre las personas. Pero, ¿a qué se debe? Te contamos a continuación.
El jengibre puede producir el bloqueo de los canales de calcio, lo que hace que la tensión arterial aumente. El ingreso de dicho calcio el torrente sanguíneo hace que la sangre aumente su velocidad y se eleve la presión.
Por ello, si eres una persona que sufre de enfermedades cardiovasculares, podrías tener contraindicado este alimento. De igual manera, además de aumentar la presión arterial, tampoco es recomendado a aquellos con problemas de cualquier tipo en la sangre, pues puede alterarla de forma considerable.
Si bien como ya pudiste comprobar el jengibre no debería formar parte de la dieta de personas con enfermedades cardiovasculares para evitar subir su presión arterial, lo mejor es que siempre consultes primero a tu médico para que te indique mejores alimentos para ti y aquellos de los que deberías mantenerte alejado.
Sin embargo, con patologías o no, procura no comer en exceso ningún alimento más allá de las cantidades recomendables. Si te gusta el jengibre, consulta a tu doctor de cabecera si hay maneras de consumirlo y no te quedes con el antojo.
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