Cuidado del cabello

El error que cometes al secar tu cabello con secadora y podría dañarlo

Aunque pareciera una práctica común e innofensiva, la realidad es que podría hacer que tu pelo se maltrate y en el peor de los casos que debas pasarle tijera
jueves, 1 de mayo de 2025 · 21:36

El secado del cabello tras el lavado es tan importante como el propio champú. Un mal hábito con la secadora puede derivar en puntas abiertas y quiebre prematuro. La forma en que aplicas el calor, la distancia y la temperatura marcan la diferencia.

Cada mechón reacciona distinto al calor: grosor, porosidad y daño previo influyen. Secar en exceso o muy cerca altera la cutícula y desgasta la queratina. Con técnica adecuada, tu cabello quedará más fuerte, brillante y con menos frizz.

Sin embargo, hay un error común que incluso los más precavidos cometen. Usar el secador sin protector térmico y a máxima potencia acelera el deterioro. Además, mantenerlo muy cerca del cuero cabelludo eleva el riesgo de quemaduras.

La clave está en secar controlado y por secciones, evitando un calor directo y constante. Con un par de ajustes en tu rutina ganarás salud capilar y evitarás la caída excesiva. A continuación, te contamos por qué y cómo hacerlo bien.

¿Por qué secar tu cabello con secadora puede dañarlo?

Al aplicar calor de forma inadecuada la capa externa del pelo—la cutícula—se abre y expone la fibra interna, lo que provoca puntas abiertas y pérdida de brillo, según la dermatóloga Leire Barrutia en un artículo publicado en el sitio ABC. Un secado muy cercano, a alta temperatura, incrementa la fricción entre hebras y favorece la deshidratación capilar, debilitando el tallo desde la raíz hasta las puntas.

Por otro lado, dejar el cuero cabelludo húmedo puede generar proliferación de hongos y dermatitis seborreica, de acuerdo con la doctora Aamna Adel. El calor excesivo también descompone enlaces de tamaño y color en la cutícula, resultando en un cabello más áspero y propenso a la rotura.

¿Cómo secar correctamente tu cabello con secadora?

  • Elimina el excedente de agua antes de secar: envuelve tu cabello en una toalla de microfibra o algodón y presiona suavemente para absorber la humedad sin frotar.
  • Aplica un protector térmico en todo el largo y las raíces, distribuyéndolo con un peine de dientes anchos.
  • Ajusta la temperatura a nivel medio; evita el nivel alto para prevenir daño directo en la cutícula.
  • Mantén la boquilla a 15–20 cm de distancia del cabello, según recomienda la dermatóloga Barrutia.
  • Trabaja por secciones: sujeta mechones de 2–3 cm y seca con movimientos continuos, sin concentrar el calor en un mismo punto.
  • Finaliza con aire frío para sellar la cutícula y fijar el peinado.

El uso correcto de la secadora sella ligeramente la cutícula, reduciendo el encrespamiento y aportando un acabado suave, tal como indican múltiples estudios de tricología. Además, el aire frío finaliza el proceso de secado sin someter el cabello a un estrés térmico adicional.

Sin embargo, abusar del calor—even en niveles medios—puede resecar en exceso la fibra capilar y debilitar la elasticidad natural del pelo. Un uso diario sin protección adecuada conlleva puntas abiertas, caspa por desequilibrio del cuero cabelludo y aumento de la fragilidad capilar.

 

Más de