¿Cómo hacer que a mi hijo le gusten las verduras?

Una alimentación equilibrada es fundamental para el desarrollo de los niños y las verduras aportan vitaminas, minerales y fibra que fortalecen el sistema inmunológico, pero, sabemos que no suelen ser de sus comidas favoritas. Entonces, ¿cómo lograr que tus hijos las consuman sin drama?

Si bien uno como adulto sabe que las verduras favorecen la digestión y ayudan a mantener un peso saludable, estas nunca serán razones suficientes para convencer a un pequeño de que esta comida debe incluirse por su bien.  

Pero esto no significa que debas darles por su lado, pues fomentar una dieta rica en vegetales desde la infancia es posible con estrategias adecuadas y si te preguntas cómo hacer que tu hijo disfrute de estos alimentos, ¡aquí te decimos! 

¿Por qué a los niños no les gustan las verduras y frutas?

El rechazo de los niños hacia las verduras y frutas puede deberse a varios factores. En primer lugar, su sabor y textura pueden resultar poco atractivos en comparación con los alimentos procesados, que suelen ser más dulces y crujientes. 

Además, los pequeños tienen un sentido del gusto más sensible, lo que hace que perciban ciertos sabores amargos de manera intensa, pero la exposición repetida, así como un ambiente positivo pueden ayudar a modificar estas preferencias en su comida.

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Estrategias para que tus hijos aprendan a comer frutas y verduras

¡Papá y mamá lo hacen! 

Los niños aprenden por imitación y si te ven comer y disfrutar las verduras, será más probable que las acepten como parte de su dieta. Predica con el ejemplo y comparte con ellos alimentos saludables en la mesa.

Elimina la comida chatarra

Sí, sabemos que esto puede ser complicado pero si en casa solo hay opciones poco saludables, tus hijos siempre las preferirán sobre los vegetales. 

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Sé creativo

Integrar verduras en recetas atractivas puede ser una solución, por ejemplo, desde licuados hasta platillos en forma de su personaje favorito. 

Si un niño rechaza una verdura, no significa que siempre la detestará. Intenta ofrecerla nuevamente después de un tiempo y en distintas preparaciones para que la acepte con mayor facilidad. Verás que con el tiempo y con paciencia, tus hijos podrán incluirlas en sus comidas sin complicaciones ni drama.