Hemos crecido con hábitos por todas partes, desde bañarse todos los días hasta dar los buenos días, algunos son mucho más dañinos que otros, como fumar o consumir bebidas alcohólicas, pero todos sabemos que esos tienen consecuencias negativas para la salud, por eso hoy hablaremos de aquellos que ni siquiera pasan por nuestra mente.
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Esos hábitos que en muchas ocasiones pasan desapercibidos por décadas incluso, pero que poco a poco van dañando la salud de las personas que los tienen y que traen consecuencias a largo plazo.
Son pequeños detalles en la vida diaria que parecieran tan insignificantes al inicio que no les prestamos atención y simplemente los dejamos pasas o definitivamente ni siquiera somos conscientes de que tenemos estos malos hábitos.
3 hábitos que dañan tu salud
- No tomar suficiente agua
El agua es fundamental para el correcto funcionamiento de todo el organismo, por lo que no tomar suficiente puede desencadenar muchos problemas de salud como dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres o dolores musculares que se pueden atribuir a otras causas cuando el verdadero problema es algo tan básico.
Aunque las cantidades pueden variar dependiendo de varios factores como la actividad física diaria que se realiza, en promedio se recomienda tomar entre 2 y 3 litros de agua al día.
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- No comer suficientes proteínas
Las proteínas son sumamente importantes sobre todo para el desarrollo de los niños y jóvenes y también para los músculos, no consumir las porciones adecuadas puede traer algunas consecuencias como desnutrición, retraso del crecimiento, disminución de la inmunidad, alteraciones de la piel y falta de apetito. Es uno de los hábitos que más ponen el riesgo la salud, por eso siempre se recomienda incluir en la dieta diaria los huevos, el salmón, la carne de ternera, de pollo o de pavo.
- Comidas a deshoras
Este es un hábito que puede pasar inadvertido pero que, con los años, puede ocasionar algún que otro daño a la salud. Más que nada porque se corre el riesgo de alterar tus ritmos de sueño o de sufrir más períodos de insomnio, lo que evitará que cuerpo y mente se regeneren con la misma facilidad, un proceso esencial en el descanso nocturno.
Comer a deshoras en exceso se asocia con aumentos repentinos de peso, mayores fluctuaciones de azúcar en sangre y con ello aumenta la probabilidad de sufrir diabetes.