Muchas veces sin darnos cuenta cometemos un sinfín de errores al lavar y guardar nuestra ropa, esto ocasiona que se rompa, se desgaste o que simplemente no la aprovechemos el mayor tiempo que pudiera tener de vida nuestra prenda.
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Para que esto no te vuelva a pasar te datemos algunos concejos para que te vuelvas experto el en lavado y guardado de tu ropa y es que sabemos que son mucho más que prendas, representan parte de tu personalidad, de como quieres salir al mundo y como te sientes tu mismo.
7 consejos para lavar y guardar tu ropa y que te dure más
- Productos de limpieza
Existen en el mercado una infinita cantidad de productos para la limpieza y escoger el adecuado para cada tipo de prenda puede ser agotador. Los productos convencionales pueden contener sustancias químicas artificiales que dañan la ropa o que dejan toxinas en el tejido o en el agua. Algo que no ocurre con los ingredientes naturales.
Así que te recomendamos que explores las gamas de productos de marcas ecológicas que emplean ingredientes naturales. Muy recomendables sobre todo para las personas que tienen la piel muy sensible.
- Lavar a mano
Lavar siempre a mano ropa delicada. Aunque suene agotador es la mejor manera de proteger ciertas prendas, lo ideal es esperar a tener varios para no desperdiciar agua, así como usar agua fría para evitar que pierda color o se encoja. La recomendación general es lavar las prendas en un orden concreto: de la más clara a la más oscura, para aprovechar mejor el agua y que las prendas oscuras no pigmenten otras más claras.
Una vez lavada hay que escurrir bien la ropa, no mezclarlas todas en el mismo bote mientras estén húmedas, y dejar que se sequen en un lugar ventilado, en un gancho o de forma que evitemos que se deformen.
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- Lavadora
La lavadora puede convertirse en el terror número 1 de nuestra ropa. Son muchos los errores que cometemos en su uso sin ser conscientes del daño que ejercemos sobre los tejidos. Aunque la costumbre más extendida es lavar la ropa que sólo se usó una vez. En realidad, una vez nos quitamos una prenda, no deberíamos guardarla directamente en el armario ni tampoco lanzarla a la cesta de la ropa sucia, sino colgarla en un lugar ventilado. Después, si la prenda no está manchada y sólo le has dado un único uso desde la última vez que la lavaste, deberías considerar darle algún uso más antes de volverla a lavar.
Lo ideal es separar por programa según las necesidades de cuidado de que cada prenda. Además, es importante recordar que deberíamos darle la vuelta a los pantalones de mezclilla para que se despinten menos, y a las camisetas estampadas para que no pierdan el dibujo. Si dudamos con alguna pieza delicada, es mejor que meterla en la lavadora dentro de una bolsa especial para lavado (o si no tenemos, una funda de almohada).
- Uso de los ganchos
La ropa de punto no debería colgarse bajo ningún concepto en ganchos. Si tienes alguna prenda de punto muy fina y tienes miedo de que se escurra dentro de los cajones y quede sepultada por el resto, puedes doblarla con una hoja de papel.
Además, otro concejo es que las prendas más delicadas como vestidos o camisas se cuelguen en ganchos acolchadas, que respeten la forma de los hombros. También es bueno procurar colocar los abrigos en los ganchos más anchos.
- Hora de tender
Lo que ocurre después de la lavadora es tan importante como lo que ocurre dentro. El calor daña la ropa, y la secadora es la némesis de las prendas menos resistentes. Al tender es conveniente buscar los pliegues de la ropa para colocar las pinzas: axilas en camisetas, e ingle en pantalones.
La luz solar directa hace que las prendas se acartonen y pierdan el color. Es mucho mejor tender por la mañana y quitar la ropa cuando el sol de directamente, o esperar incluso a una hora de la tarde en la que el sol esté ya de retirada.
- La seda
La seda es uno de los tejidos más maravillosos que existen y, pese a su apariencia, es uno de los más resistentes. Para lavar una pieza de seda que ha sido usada pero no está sucia, hay un truco muy eficaz que la deja como nueva: limpiarla con vapor de agua. Solo tienes que colocar la ropa en su gancho y al ir a ducharte, colgarla dentro del cuarto de baño. El vapor de agua que se desprende en la ducha, se encarga de limpiar la prenda. Y ya está lista para un nuevo uso.
- Cuero
Cuidar el cuero es todo un arte. Cuando acaba el frio es importante guardar la prenda en una bolsa de ropa, pero evitando doblarla, pues podrías provocar que se deforme. El cuero no debería meterse en la lavadora, sino limpiarlo siempre en seco, con un producto especial y una esponja seca. Al guardarlo para el cambio de estación, es una buena costumbre es untarle crema hidratante. Suena a extraño, pero el cuero es piel, y al igual que la que la tuya, agradece la hidratación.