La variedad de alimentos que consumimos no solo es necesaria para obtener todos los nutrientes que necesitamos para vivir y mantenernos sanos. También es un estímulo que nos da placer y que forma parte de la cultura, empezando por el desayuno.
El desayuno es considerado la comida más importante del día debido a que los alimentos que se ingieren son los primeros después de un largo periodo de ayuno derivado de las horas en las que se está dormido; el desayuno además precede las horas del día en las que se lleva mayor actividad y por lo tanto, mayor gasto de energía.
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Desayunar nos hace sentir más satisfechos en nuestra alimentación y en nuestras actividades, y provocará que lleguemos a la hora del almuerzo con menos hambre. Mejora el rendimiento físico. Un cuerpo desayunado es un cuerpo que ha recibido una cuota importante de energía para iniciar el día.
Esto pasa si desayunas lo mismo todos los días
En México un alto porcentaje de la población adulta no desayuna o desayuna muy tarde y se estima que 2 de cada 10 niños no desayuna, mientras que los adolescentes realizan su primera comida hasta aproximadamente las 10 de la mañana a pesar de que lo recomendado es realizar el desayuno una hora después de despertar.
Está demostrado que se toman mejores decisiones cuando no se está cansado. Así que optar siempre por el mismo desayuno nos permite “ahorrar” la energía que necesitaremos para otras cosas. Especialmente en un momento del día en que nos acabamos de levantar y no tenemos la cabeza demasiado en forma.
Resalta la importancia de las frutas, las verduras, los cereales integrales, la leche y los productos lácteos sin grasa o bajos en grasa. Incluye una variedad de alimentos con proteínas como huevos, legumbres (frijoles y guisantes), productos de soya, nueces y semillas.
Siempre se ha dicho que "desayunar es la comida más importante del día" y se justificaba desayunar de manera muy abundante. En los últimos años los expertos demostraron que, en general, con una alimentación equilibrada podemos estar nutridos durante todo el día y que, aunque sea una parte importantísima de nuestro día a día, no hace falta que nos hagamos un desayuno del que salgamos empachados.
Los expertos, además, afirman que un desayuno que sea el mismo todos los días influye en nuestro orden mental y nuestro día a día. De hecho, hay dos tipos de personas: las que toman todos los días de su vida lo mismo para desayunar y los que van variando según lo que les apetezca en esa jornada (o lo que tengan en el refrigerador).
Sin embargo, hay una comida que muchos de nosotros somos capaces de repetir durante años y años, e incluso a lo largo de casi toda nuestra existencia. El desayuno se ha convertido en un automatismo que no vemos la necesidad de cambiar.
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