Las verrugas que aparecen en la zona del cuello y de las axilas, lo hacen por diferentes motivos, aunque todos guardan entre sí una idea principal, un cambio endocrino en las hormonas.
Este tipo de lesiones son pequeños bultos granulares en la piel que aparecen con mayor frecuencia en los dedos o en las manos. Son ásperas al tacto y también suelen presentar un patrón de pequeños puntos negros, que son pequeños vasos sanguíneos de sangre coagulada.
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Suelen ser inofensivas y, con el tiempo, desaparecen por sí solas. Sin embargo, muchas personas deciden eliminarlas dado que les resultan molestas y vergonzosas.
¿Sabías que las verrugas en el cuello salen por un virus?
Aunque comúnmente aparecen en extremidades como las manos y pies, puedes tenerlas sobre cualquier superficie de la piel, incluyendo tu cuello. Las verrugas comunes son causadas por el virus del papiloma humano (VPH).
El virus es bastante común y existen más de 150 tipos del VPH, pero solo algunos provocan verrugas en las manos. Algunas variedades de VPH se transmiten a través del contacto sexual; sin embargo, la mayoría de los tipos se contagia a través del contacto cutáneo casual o a través de objetos compartidos, como toallas o paños.
Por lo general, el virus se transmite a través de lesiones en la piel, como padrastros o raspaduras. Si te muerdes las uñas, las verrugas también se pueden extender sobre la punta de los dedos y alrededor de las uñas.
Las verrugas del cuello son pequeñas lesiones cutáneas de carácter benigno, elevadas sobre el nivel de la superficie de la piel. Las células de un área de la epidermis, la capa más superficial de la piel, se multiplican más de lo habitual, se engrosan, dando lugar a estas formaciones de una apariencia rugosa. Pueden aparecer de forma múltiple y llegar a medir hasta varios centímetros a veces.
Causas de las verrugas en el cuello
Suelen darse a partir de los 25 o 30 años y, aunque no presentan sintomatología, llegan a ser bastante molestas. Al situarse en una zona expuesta a continuos roces, pueden inflamarse. Pueden generar un problema estético, pero, por lo general, no duelen ni presentan complicaciones.
La aparición de estas pequeñas lesiones epidérmicas puede estar ligada a distintas causas:
- Cambios hormonales
- Diabetes no controlada: la resistencia a la insulina supone un síndrome metabólico que dificulta el procesamiento de los alimentos. Esto predispone al individuo a desarrollar determinadas enfermedades, como la diabetes. Las verrugas del cuello pueden ser una respuesta del organismo a su dificultad para procesar el azúcar.
- Sobrepeso
- Virus del papiloma humano: también es probable que la aparición de las verrugas esté asociada a una infección de la piel causada pro el virus del papiloma humano.
No producen síntomas más allá del signo de su aparición. En ocasiones pueden crecer, creando cierto color, o mostrar cambios en su coloración y forma. Entonces se tratará de verrugas más alarmantes, en las que se recomienda que las explore un especialista.
Para el tratamiento de las verrugas, lo mejor es ponernos en manos de un dermatólogo. Ya no solo para tratar estas lesiones en sí, sino para diferenciar entre un caso de verruga, pues el tratamiento a elegir será diferente en cada caso.
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