Nadie nos dice como ser papás y los 9 meses de embarazo no siempre son suficientes para prepararse para un cambio de vida radical, esto sumado todos los cambios hormonales por los que pasan las mujeres y a la presión por sentir que deben regresar a su talla “lo antes posible” están aumentando los casos de bulimia y anorexia.
El puerperio, también conocido como postparto, es un periodo especialmente sensible para la madre, que va desde el momento del parto hasta los 40 o 45 días, en estos días ocurren en ella cambios físicos, hormonales, afectivos y de rutina muy drásticos, lo cual no es nada fácil de enfrentar.
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Aunque usualmente los trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia son relacionados con los adolescentes, pues son quienes mayormente suelen presentar este tipo de desordenes de la alimentación cada vez es más frecuente verlos en las mujeres después del embarazo una situación que pone en riesgo la salud de madres e hijos.
Anorexia y bulimia después del embarazo
Para identificar si se tiene de anorexia o bulimia después del embarazo lo primero que hay que saber es que todo inicia por una excesiva preocupación por el peso y la imagen corporal que incluso llegan a provocar una distorsión de la percepción por el propio cuerpo, que lleva a verse a sí mismo peor de lo que otros lo ven.
Existen muchos motivos que propician la aparición de anorexia o bulimia después del embarazo, entre ellos cambios físicos que experimenta el cuerpo de la mujer durante la gestación y el puerperio son las principales causas.
Tras el parto, el cuerpo necesita un tiempo de recuperación variable antes de retornar a su estado original y esto es algo que no siempre sucede completamente. Además, aunque ya tiene a su bebé en sus brazos, sigue observando en su cuerpo una silueta deformada. Esto puede causar angustia y preocupación, especialmente, por la presión social que se ejerce sobre las mujeres para recuperar su figura cuanto antes.
Aunque ambos trastornos giran en torno a la rápida perdida de peso se manifiestan de diferente manera y estos son los signos de cada uno:
Anorexia
Se caracteriza por una restricción voluntaria de la ingesta de alimentos, lo que conlleva a que la persona no satisfaga sus requerimientos nutricionales y de energía diarios. A pesar de estar por debajo del peso apropiado, la persona con anorexia no reconoce la presencia del trastorno.
Incluso, mantiene aquellos comportamientos que impiden aumentar de peso, los cuales suelen ser de tipo restrictivo. Por ejemplo, el apegarse a dietas severas, al ayuno o el ejercicio físico excesivo. Además, también se pueden incluir atracones seguidos de conductas purgativas destinadas a compensar.
Bulimia
El patrón de conducta típico está caracterizado por los atracones seguidos de conductas compensatorias. Los primeros consisten en una ingesta de excesivas cantidades de comida en un periodo inferior a dos horas. Durante este tiempo, la persona come de forma compulsiva y descontrolada, hasta sentirse incómodamente llena. Luego, experimenta una gran culpa y vergüenza por lo ocurrido.
Dichos atracones se producen al menos una vez por semana, durante al menos tres meses consecutivos. Y además, están seguidos por conductas encaminadas a prevenir el aumento de peso, como vómitos autoinducidos, rutinas de ejercicio excesivo o el uso inadecuado de laxantes y de diuréticos.
Si has percibido que tú, tu pareja o alguien cercano a ti esta pasando por anorexia o bulimia después del embarazo es importante acudir con un especialista en el tema para evitar que tenga consecuencias graves en la salud, tanto de la madre como del bebé.
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