Hay muchas mujeres que han pasado la gran mayoría de su vida complaciendo a los demás. Muchas con el paso del tiempo se dan cuenta de su estado emocional y cambia, pero otras más nunca perciben lo dañina que es esta situación para ellas. A esto se le conoce como el síndrome de la niña buena.
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El síndrome de la niña buena se presenta en mujeres que siempre son serviciales, amables y dóciles; de esta manera buscan agradar a todas las personas que la rodean y eso con el tiempo las ha hecho perderse a sí mismas.
Son incapaces de decir que “No”, no son buenas para defenderse, no se priorizan, no saben cómo expresar su desacuerdo a una situación y mucho menos saben exigir sus derechos. Pero, ¿de qué manera una mujer comienza por sufrir el síndrome de la niña buena? ¡Te lo contamos a continuación!
¿Cómo se origina el síndrome de la niña buena?
El síndrome de la niña buena puede llegar a originarse desde la infancia y es el reflejo desigual en la educación que recibieron en casa y su entorno en general. El panorama: desde niñas aprendieron a que las mujeres deben ser buenas, educadas y tranquilas, mientras que los hombres son fuertes e independientes.
Con el tiempo el síndrome de la niña buena va volviendo sumisas a las mujeres que lo padecen y aprenden a reprimir su ira, tristeza, inconformidad y sus opiniones críticas, pues una mujer no debe causar desdenes.
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¿Cómo saber si tienes el síndrome de la niña buena?
Hay algunos indicios que te pueden señalar claramente que sufres del síndrome de la niña buena:
- Eres servicial, complaciente y eres incapaz de negarte a las peticiones de las personas.
- Te cuesta expresar tu opinión, pues tienes miedo al rechazo y al conflicto.
- Vives preocupada por “El qué dirán” y no te permites expresar ira o cometer errores.
- Te colocas siempre en último lugar y te cuesta mucho trabajo hacerte valer.
Si consideras que sufres del síndrome de la niña buena es importante comenzar a hacer cambios inmediatos en tu vida y aprender a valorarte, hacerte valer, conectar con tus emociones y abandonar el papel de salvadora.
Claro que esto no es una tarea fácil y requieres de apoyo psicológico para ayudarte a vencer el síndrome de la niña buena, pero ten por seguro que con mucho esfuerzo te sentirás liberada y comenzarás a ver tu vida de otra manera.